Literatura, la antigüedad y los clásicos.

La literatura es una manifestación artística basada en el uso de la palabra y del lenguaje tanto escrito como oral. Asimismo, es el nombre de una materia académica y el nombre de la teoría que estudia las obras literarias. La palabra literatura deriva del latín litteratūra.

Con este término también se conoce al conjunto de las producciones literarias, por ejemplo, de un país, una lengua o una época. Por extensión, se utiliza además para referirse al conjunto de obras que tratan sobre un tema determinado.

Anteriormente el término literatura no existía, en el siglo XVII cualquier obra escrita era conocida bajo el nombre de poesía o elocuencia. Incluso, a lo largo del Siglo de Oro español se denominaba como poesía diversos tipos de obras bien fuesen escritas en verso, prosa o como una obra dramática.

A partir del ligo XVIII que comenzó a hacerse uso de la palabra ‘literatura’, sin embargo, no fue hasta el siglo XIX que el término tomó el sentido con el cual se conoce en la actualidad.

Homero

Las historias que contó Homero en la Ilíada y la Odisea llevan tanto tiempo formando parte de los cimientos de la cultura occidental que resultan ineludibles incluso en la actualidad. Del caballo de Troya al cíclope, del talón de Aquiles a los cantos de sirena, estos elementos perduran en nuestra literatura y lenguaje diario cerca de 3000 años después de haber sido escritos estos dos relatos épicos.

La Ilíada y la Odisea son poemas épicos, extensas obras en verso escritas en griego que probablemente eran leídas o cantadas en voz alta y que fueron transmitidas oralmente de generación en generación antes de quedar fijadas en letra escrita. El papel exacto que desempeñó Homero en este proceso sigue siendo un misterio, y de hecho se discute aún si realmente existió. En cualquier caso, los expertos creen que ambas obras fueron creadas alrededor del siglo VIII a. C. en Jonia, una zona de la antigua Grecia que hoy en día forma parte de la costa mediterránea de Turquía.

La Ilíada cuenta las hazañas de Aquiles, Agamenón, Héctor y otro puñado de héroes durante la guerra entre Troya y Acaya (Grecia). Según el mito, el conflicto se desencadenó al secuestrar el príncipe troyano Paris a Helena de Esparta, la mujer más bella del mundo, y llevársela a su tierra para convertirla en su esposa. La obra comienza en el noveno año de guerra y se centra en la furia del guerrero griego Aquiles, explorando su combinación de grandeza y puntos flacos determinantes. Homero lo cuenta empleando esas evocadoras imágenes («aurora de dedos rosados», «mar oscuro como el vino») que han hecho merecidamente famoso este poema.

La Odisea es una secuela de la Ilíada y narra las aventuras del héroe griego Odiseo (Ulises en latín) en su viaje de vuelta a casa y a los brazos de su esposa, Penélope, tras la guerra de Troya. Tarda diez años en lograrlo, sobre todo porque enfada al dios del mar, Poseidón, que hace todo lo posible para entorpecer su regreso. Usando su ingenio y con la ayuda de la diosa Atenea, Odiseo termina por volver a su casa en Itaca y dar cuenta de los muchos pretendientes que le han salido a su fiel esposa.

Más allá de las dudas sobre su autoría, estas dos obras tuvieron una enorme influencia tanto cultural como a nivel práctico en la vida cotidiana de la antigua Grecia. Era habitual que se memorizaran de principio a fin. Aunque la edad dorada griega declinó alrededor del año 100 a. C, las obras de Homero sobrevivieron al paso del tiempo hasta el punto de inspirar poemas épicos en la antigua Roma, como la Eneida de Virgilio.

Beowulf

El poema anónimo Beowulf, la gran obra épica heroica del inglés antiguo, data del siglo VIII. En sus páginas los estudiosos han aprendido mucho sobre la evolución del idioma inglés. El poema refleja una mezcla de las tradiciones paganas y el cristianismo típica del norte de Europa durante la Edad Media.

Beowulf empieza en el salón de un rey danés, Hrothgar, en el siglo VI. Durante siglos un monstruo llamado Grendel ha aterrorizado a la corte de Hrothgar, apareciendo inesperadamente durante la noche y devorando a sus guerreros. Beowulf, un joven príncipe de Geatland (una región situada al sur de Suecia) aparece de repente con un grupo de hombres y acaba con el monstruo rápidamente. Sin embargo, la madre de Grendel, igual de aterradora, se presenta para vengar la muerte de su hijo, así que Beowulf la persigue hasta su guarida y también la mata. Tras regresar a su tierra como un héroe, Beowulf reina durante 50 años y termina muriendo mientras intenta defender a su pueblo de un dragón.

Desde un punto de vista temático, en el poema se entremezclan los principios del antiguo código guerrero germánico con elementos de la cristiandad, que por aquel entonces todavía eran relativamente novedosos en el norte de Europa. La leyenda original de Beowulf, tal y como se ha ido transmitiendo de padres a hijos en la tradición oral, está llena de fuerza, valor, lealtad y venganza. El poema intenta incorporar elementos de la temática cristiana sobre la humildad y el perdón en la historia germánica original, y la tensión entre ambas es a veces discordante.

Beowulf está escrito en inglés antiguo, el antecedente de enorme carga germánica del inglés medio y del inglés moderno, y resulta prácticamente ilegible en la actualidad. Como la mayoría de la poesía creada en inglés antiguo, en el poema de Beowulf se utilizan reglas de aliteración muy complicadas para ayudar a los bardos a recitar miles de líneas de versos de memoria. También se hace un uso abusivo del kenning (breves metáforas descriptivas que añaden colorido a las descripciones del poeta). Por ejemplo, en Beowulf se habla del mar como «la ruta de las ballenas» o del rey como «donante de anillos».

Aunque la influencia que esta obra épica ha tenido en el desarrollo de la literatura inglesa en ocasiones se ha sobrevalorado, ya que el poema cayó en el olvido hasta el siglo XIX, no se puede negar que es un documento de valor incalculable para la literatura y la historia inglesas. Desde el momento en que ganó protagonismo, en el siglo XX, ha servido de inspiración a los trabajos de poetas y novelistas tales como W. H. Auden y J. R. R. Tolkien.

Los cuentos de Canterbury

A pesar de que son pocos los detalles que se conocen sobre la vida de Geoffrey Chaucer, el legado de su obra magna, Los cuentos de Canterbury (hacia la década de 1390) es innegable. Esta obra desempeñó un papel fundamental en la consolidación del inglés como idioma literario y alternativa real al francés y al latín, que eran las lenguas estándar en aquella época incluso en Inglaterra.

Al poner fin a la idea de que el inglés era por definición inferior a las lenguas clásicas, Chaucer abrió el camino para autores de la talla de Edmund Spenser, sir Philip Sidney, Christopher Marlowe, William Shakespeare y otros gigantes literarios en lengua inglesa que lo siguieron.

Los cuentos de Canterbury se componen de una serie de 24 historias que van relatando un variopinto grupo de peregrinos durante su viaje desde los alrededores de Londres hasta Canterbury con el fin de visitar el santuario de santo Tomás Becket. Según se sugiere en el prólogo, la idea inicial de Chaucer era la de incluir hasta 120 relatos, pero se desconoce si el trabajo quedó inacabado o si el autor simplemente cambió de opinión y decidió ponerle fin a la obra cuando llegó al número 24.

Los peregrinos de Chaucer son una mezcolanza de gente procedente de muy diversas formas de vida: el caballero, el molinero, el misericordioso, la abadesa, la comadre de Bath, etcétera. En sus relatos se recoge todo un abanico de géneros literarios, desde el sermón hasta la alegoría, pasando por la hagiografía e incluso la novela de caballería. Del mismo modo, la temática de los cuentos es muy variada; incluye temas de amor cortés e hipocresía religiosa, pasando por episodios de humor subidos de tono.

Los cuentos de Canterbury están escritos en inglés medio, lo que considera el puente entre el inglés antiguo de Beowulf y el moderno que se utiliza en la actualidad. A pesar de que tanto la ortografía como pronunciación y el orden de las palabras han cambiado de manera noble desde la época de Chaucer, la mayor parte de su lenguaje es compresible para los lectores actuales.

Todos los cuentos, a excepción de dos, están escritos en verso Chaucer decidió dejar a un lado el omnipresente verso francés y utilizar los pentámetros yámbicos, líneas compuestas de diez sílabas que de entonces se convirtieron en la forma poética más utilizada en Inglaterra La decisión que Chaucer adoptó en ese momento allanó el camino que Shakespeare y otros utilizaran este tipo de verso de manera brillante en obras de teatro y sonetos en los siglos venideros.

La divina comedia

La divina comedia es la obra maestra del poeta y filósofo italiano Dante Alighieri (1265-1321). Se trata de un relato pormenorizado del viaje de un hombre a través de la otra vida, una obra que ha dejado su impronta en la cosmología cristiana durante siglos y que sentó los cimientos de la lengua italiana moderna.

Dante nació en Florencia, donde fue un personaje activo en la vida pública de la ciudad hasta que en el año 1302 se exilió después de que el gobierno lo condenara a muerte por sus ideas políticas. Escribió La Comedia durante su exilio, y ése fue el título que él le dio a su obra. El sobrenombre de La divina comedia empezó a utilizarse tras la muerte del autor.

La composición de La Commedia gira en torno al número tres, como reflejo de la concepción cristiana de la Santísima Trinidad: está estructurada en tres partes (Inferno, Purgatorio y Paradiso), cada una dividida a su vez en 33 cantos. Con un canto adicional, el prólogo, se llega a un total de 100. Incluso la estructura interna del poema se basa en el número tres: Dante escribió toda su obra en tercetos, estrofa compuesta de tres versos, unidos en un esquema de rima encadenada (ABA, BCB, CDC, etcétera).

El protagonista de La Commedia es el propio Dante. En pleno lamento porque está perdido en la vida, se encuentra en un bosque con el espíritu de Virgilio, el poeta romano. Éste lo guía hasta las puertas del infierno, donde aparece la legendaria inscripción Lasciate ogne speranza, voi ch’intrate (¡Oh, vosotros que entráis, abandonad toda esperanza!). En su paso por los nueve círculos del infierno, Dante ve cómo las almas de los condenados sufren castigos eternos.

Estas imágenes terribles llegan a su punto álgido con la entrada en escena de Satán en persona, atrapado en un lago de hielo en la parte más profunda del infierno. En la segunda parte, Dante visita el purgatorio, el lugar donde esperan las almas que todavía no son lo suficientemente puras como para encontrarse con Dios. Llegados a este punto, Virgilio no puede continuar el camino ya que, como pagano, no tiene derecho a entrar en el cielo. Dante recibe a una nueva guía, Beatriz, que encarna la gracia divina en la figura del amor romántico. Después de haber ascendido los nueve niveles del paraíso en la tercera parte, Dante tiene un breve encuentro con Dios, culminando así un viaje que refleja el que realiza el alma humana en su camino hacia el Señor; desde el pecado, pasando por el arrepentimiento hasta llegar a la salvación.

La Commedia tuvo una influencia enorme en el desarrollo de la lengua italiana. Prácticamente toda la literatura italiana escrita hasta el siglo XIII se hizo en latín, así que la decisión de Dante de utilizar el italiano vernáculo supuso un cambio significativo. Cuando las ciudades-estado italianas se unieron y formaron una nación en 1861, el dialecto toscano que Dante había empleado en sus obras se estableció como el estándar para el italiano escrito, tal y como se utiliza hoy en día.

William Shakespeare

Son pocos los que discutirán que William Shakespeare (1564-1616) es el más grande dramaturgo de todos los tiempos. Su impacto en la cultura occidental durante los últimos 400 años es imposible de exagerar. A pesar de la exhaustiva investigación que se ha llevado a cabo, es muy poco lo que se sabe de la vida privada de Shakespeare.

Nació en Stratford upon-Avon (Inglaterra), donde probablemente recibió escasa educación académica. Después de casarse con una mujer llamada Anne Hathaway, se embarcó como dramaturgo, se trasladó a Londres y trabajó como actor y director del teatro Globe al tiempo que era copropietario con otros socios de su propia compañía de teatro. Su brillantez fue reconocida en vida, y sus obras se hicieron populares rápidamente tanto entre el público aristocrático como entre la plebe.

Lo que ha dado a Shakespeare su mayor fama han sido sus 38 obras de teatro, que los estudiosos clasifican normalmente en diferentes categorías: históricas, como Ricardo II y Enrique V, en las que retrataba a personajes históricos, normalmente reyes de Inglaterra e indagaba en las ideas de liderazgo e integridad Personal o villanía; tragedias, como Hamlet, Macbeth y El rey Lear, donde se sumergía en las monumentales ramificaciones de las decisiones y acciones erróneas de un individuo; comedias, como El sueño de una noche de verano y Mucho ruido y pocas nueces, donde alternaba casos en los que el amor ponía a prueba a los personajes y les alegraba la vida, con confusiones de identidad y finales con boda. Otras, como Medida por medida y La tempestad, son más difíciles de catalogar ya que combinan elementos de diversos géneros. A lo largo de los siglos, estos 38 escenarios tan diversos han demostrado ser imperecederos, un terreno fructífero para la reinterpretación de la mano de directores y actores que los han usado como lentes a través de las que explorar las preocupaciones modernas.

Shakespeare también escribió mucha poesía. Entre su obra poética se incluyen 154 sonetos sobre el amor, el arte y la belleza, entre otros tópicos. Aparte de la influencia formal y estilística de estos poemas, las palabras y las expresiones inglesas que Shakespeare acuñó son realmente incalculables y van desde el lenguaje común que se utiliza en la actualidad (como el término inglés para mediocre, lackluster, o mojigato, sanctimonious) hasta giros y frases más poéticas como «one fell swoop», de un solo golpe, y «pomp and circumstance», pompa y circunstancia. Inglaterra reconoció esta influencia lingüística y literaria inmediatamente y al morir el autor supo que había perdido a una de las mentes más prodigiosas de su historia. De hecho, tomando prestada una frase de Hamlet, es probable que el mundo ya «no espere encontrarse con alguien semejante».

Don Quijote

Don Quijote, de Miguel de Cervantes (la primera parte es de 1605 y la segunda de 1615), es el hito cultural más importante del mundo de habla hispana. Se reconoce como la obra fundamental de la literatura española y está considerada mayoritariamente como la primera novela moderna de todos los tiempos.

El personaje que le da título es un hombre de 50 años de la región de La Mancha, en la parte central de España, que, influido por la lectura de libros de caballería, anuncia un día para sorpresa de su familia que ha cambiado su nombre por el de Don Quijote y que va a salir a cabalgar por el mundo sobre su noble corcel (en realidad, un rocín famélico llamado Rocinante) para realizar grandes hazañas y desfacer entuertos. Se hace con los servicios de un «escudero», un campesino analfabeto llamado Sancho Panza que considera que está loco, pero le sigue la corriente al creer a medias en la promesa de su señor de que le entregará una ínsula para que la gobierne.

La pareja comienza así un largo viaje de desventuras, durante el que Don Quijote constantemente malinterpreta la realidad que le rodea, confundiendo a posaderos con caballeros, a prostitutas con doncellas, a monjes con magos y a molinos con guantes. A menudo, sus hazañas hacen más daño que bien a aquellos a quienes trata de ayudar. Todas se tas dedica a una «princesa», la dama Dulcinea del Toboso (en realidad, una campesina a la que nada le importa de todo aquello que se hace en su nombre).

Don Quijote parodia al tiempo que homenajea los libros de caballería, un género fundamental de la literatura seglar medieval. Estos poemas épicos relataban cuentos indirectamente relacionados entre sí sobre heroicos caballeros, siguiendo por lo general tramas de amor cortesano. Algunos estaban basados en hechos reales, mientras que otros eran pura leyenda.

En Don Quijote, Cervantes abordó esos mismos temas, pero con un estilo narrativo más cohesionado, con una profundidad psicológica sin precedentes y una conciencia de sí mismo irónica. Además, incluyó giros sorprendentemente posmodernos: después de que otro autor publicara una secuela falsa de la primera parte de su novela en 1614, Cervantes introdujo esa obra en la continuación que él escribió. Así, Quijote y Sancho son conscientes de la existencia de esta narración falsa, lo que les permite ridiculizarla.

Pese a que hoy en día damos por sentadas características literarias como éstas (de hecho, damos por sentada la existencia misma del género novelesco), en su tiempo constituyeron profundas innovaciones. El personaje de Don Quijote es en sí mismo un gran logro, una figura que a lo largo de distintas épocas ha sido vista como la de un bufón, un héroe trágico y un tipo valiente e inconformista. El estar dotado de tantas cualidades es precisamente lo que hace del protagonista de esta novela uno de los personajes de ficción más importantes de todos los tiempos.

El paraíso perdido

El paraíso perdido (1667) es un poema épico escrito por John Milton que recoge una amplia y detallada interpretación de la pérdida de la inocencia descrita en el libro bíblico del Génesis. Está considerado uno de los mejores poemas épicos en lengua inglesa. La obra maestra de Milton no es importante sólo como hito de la literatura occidental, sino también por su influencia en la Reforma protestante.

Está escrito en verso suelto (en concreto, en pentámetro yámbico sin rima, una estructura de cinco pies de dos sílabas por línea), como el que empleó Shakespeare en muchas de sus obras. Sin embargo, Milton enriqueció sus posibilidades y aplicaciones, de igual forma que usó de forma profusa los símiles épicos, un tipo de comparación prolija y compleja que Homero y otros poetas clásicos habían utilizado con frecuencia en sus textos épicos.

Empieza justo tras la rebelión de Satán y otros ángeles caídos contra Dios, una guerra que Perdieron en el Cielo. A modo de castigo, el Señor los desterró al infierno. Sedientos de venganza, Satán y sus acólitos decidieron intentar corromper a la humanidad, la más preciosa creación divina. Para ello, Satán se escabulle del infierno y se cuela en el Edén. Mientras Adán y Eva duermen, se disfraza de sapo y le susurra a ella al oído sembrando así las semillas de su descontento. A sabiendas de lo que planea Satán, Dios envía a su ángel Rafael para avisar a Adán. Cuando Satán vuelve al Edén, se encuentra con que Eva ha convencido a Adán para que la deje trabajar sola. Disfrazado de serpiente, la convence a fuerza de astucia y halagos para que desobedezca a Dios y pruebe el fruto del Árbol del Conocimiento. Adán, desolado por lo que ha hecho Eva, toma la decisión consciente de seguir sus pasos, pues prefiere estar con ella en su desgracia que seguir viviendo en el Edén sin su compañía. Tras una visita del arcángel Miguel, que le muestra a Adán una visión de las desgracias que le aguardan a la humanidad, ambos abandonan el Edén «de la mano», «llorando, con pasos lentos y titubeantes».

Los malos suelen ser los personajes literarios más interesantes, y esta obra no es una excepción. Satán es la figura más compleja, fascinante y categórica. Es un antihéroe que despliega clarividencia, liderazgo y elocuencia, pero emplea estas habilidades con fines egoístas y para saciar su orgullo. Además, no representa un mal ciego sino muy consciente de sí mismo, atormentado por la certeza desgraciada de que Dios lo ha des-terrado. A la postre, aparece como una figura trágica, un giro teológico que provocó que muchos de sus detractores acusaran a Milton, literalmente, de sentir excesiva simpatía por el diablo.

Cándido

La novela corta Cándido (1759) es el mayor trabajo satírico de la Ilustración, el movimiento intelectual y racional que dominó Europa desde aproximadamente el año 1650 hasta 1800. Escrito por François-Marie Arouet, más conocido por su apodo de Voltaire, Cándido trata de la religión institucionalizada, la aristocracia y las ideas de varios filósofos de la Ilustración.

La Ilustración produjo una serie de escritores y pensadores ilustrados de gran complejidad, pero ninguno tenía un ingenio tan incisivo y un ojo tan certero para la sátira como Voltaire (1694-1778). Nacido en París, dejó claro su don para la parodia desde una edad muy temprana. Voltaire frecuentaba los salones parisinos con otros intelectuales y filósofos de renombre; se adhirió al racionalismo y atacó las perennes instituciones religiosas y políticas. Su audacia le trajo problemas cuando tenía poco más de 20 años, al disgustar al duque de Orleans. Fue desterrado y acabó en prisión a su regreso a París. Tras su puesta en libertad, volvió a ser encarcelado antes de partir de nuevo al exilio hacia Inglaterra en 1726.

Tras tres décadas prolíficas en obras de teatro, novelas y ensayos, Voltaire escribió la reconocida farsa de Cándido. El personaje que da nombre a la obra es un joven de inocencia fuera de lo común que se cría en la casa de un barón alemán. Recibe la formación de manos de un tutor, el doctor Pangloss, que cree legamente que el mundo en el que viven es «el mejor mundo posible». Después de que el barón lo eche de su casa por haberse enamorado de su hija, Cunegunda, Cándido se dedica a viajar por Europa. Se suceden entonces una cadena absurda de sufrimientos y crueldades: Cunegunda es testigo de cómo las hordas búlgaras masacran a su familia y luego es vendida como esclava sexual; Pangloss contrae la sífilis y acaba siendo ahorcado; la ciudad de Lisboa es reducida a polvo por un terremoto; y Cándido es azotado en varias ocasiones. Sin embargo, tanto él como su tutor siguen fieles a su visión optimista del mundo, en la creencia de que «todo va de maravilla».

Cándido es una crítica despiadada a la filosofía de Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716), contemporáneo de Voltaire, conocido por su optimismo redomado. Aunque Voltaire no era necesariamente un pesimista, veía a Leibniz tan optimista que parecía tonto, y contemplaba sus ideas como una débil especulación filosófica que ignoraba las realidades del mundo. De ahí que al final de la novela de Voltaire, Cándido tenga una revelación atípica y rechace las enseñanzas que ha recibido de Pangloss. Decide entonces que la única forma de realizarse es «cultivar el jardín», es decir, dedicarse a tareas prácticas de las que se obtienen beneficios tangibles.

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