La riqueza de las naciones

Adam Smith

Adam Smith es el padre de la ideología clásica del capitalismo, el liberalismo económico. Su obra conocida como “la riqueza de las naciones”, es la gran obra clásica de la teoría económica. En ella Smith estableció los fundamentos de la economía política moderna, creando así una nueva disciplina científica.

La riqueza de las naciones constituye la primera exposición sistemática y general del significado y funcionamiento del sistema económico como parte de la sociedad. El núcleo de la investigación es la descripción del equilibrio del mercado.

Existen tres conceptos vinculados al nombre de Adam Smith: el liberalismo económico, la metáfora de la mano invisible y la división del trabajo.

La idea central de la teoría de Smith menciona el egoísmo del ser humano como la clave del bienestar de la sociedad en su conjunto. Smith proclamo sin rodeos que el funcionamiento de la economía no se basa en la caridad, sino en que todos los que participan en la vida económica persiguen un único interés, enriquecerse. Si se deja a cada uno la libertad de perseguir sus propios intereses económicos, al final el resultado será beneficioso para todos. Así pues, el egoísmo individual resulta una fuente de orden, bienestar y prosperidad para toda la nación. Esta idea se convirtió en el credo del liberalismo económico.

El libre desarrollo del individuo supone crecimiento económico y por tanto, no debe ser limitado. No hay que bloquear la inversión privada. Pero ante todo el Estado debe mantenerse al margen de todos los procesos económicos. Hoy identificamos estas afirmaciones como la principal formulación de la “economía de mercado libre”.

Smith explico que la libertad económica no causa el caos de inmediato. Demostró su afirmación analizando un mecanismo económico: el mercado que se auto-regula. La observación de Smith es tan moderna que sigue siendo admirada en la actualidad. El pensador describió como el precio alcanza su equilibrio a través de la oferta y la demanda. Y mostro cuan relacionadas la producción y las necesidades de los compradores. Expuso, además, como la competencia logra que los precios cubran los cosos de producción. El mercado es un sistema cerrado en sí mismo, cuyas fuerzas se regulan mutuamente. Por eso es posible dejar que la economía actúe por sí misma, sin necesidad de intervenir en su dinámica. Esa forma de pensar fue la base de la doctrina del laissez faire (dejar hacer) que se convirtió en acto de fe en los estados industriales occidentales durante el siglo XIX.

Smith halló una imagen para describir todas estas complejas relaciones: la “mano invisible”.  Así describía el poder invisible y ordenado que impulsa a cada uno a rivalizar con los demás y que consigue, asimismo, que la competencia ponga en marcha los mecanismos del mercado que conducen al bienestar de la nación. Smith había tomado su metáfora de la representación tradicional que proclamaba que la mano invisible de Dios es la que ordena el mundo.

Además de analizar el mercado, Smith planteó la cuestión de cómo aumentar la riqueza de una nación. Para ello propuso la especialización y la división del trabajo. Para ilustrar su idea, Smith utilizo como ejemplo la fabricación de alfileres: “la producción de un alfiler precisa cerca de dieciocho fases distintas. Si un solo trabajador a de realzarlas todas, al final del día apenas habrá producido unas veinte piezas, o, en el peor de los casos, ni una sola. En cambio, si se reparten los pasos entre diez obreros, cada día conseguirán fabricar cuarenta y ocho mil unidades”. Smith expuso su alegato a favor de las ventajas económicas de la producción en masa, en un tiempo en el que, en Inglaterra, el país donde comenzó la industrialización, y apenas existían unas pocas fabricas (y menos aún se conocía la producción en serie). Hasta principios del siglo XX, el fabricante de automóviles estadounidense Henry Ford no introdujo la cadena de montaje.

La teoría del liberalismo económico de Smith determino la economía de todos los países industrializados de Europa durante los siguientes cien años. Sin embargo, pronto se puso de manifiesto que el filósofo moral Smith había sido demasiado optimista acerca de las consecuencias de la ilimitada realización económica individual: los ricos se hicieron más ricos y los pobres se hicieron más pobres, en detrimento del bienestar general. Esta situación propicio la entrada en escena de Karl Marx a mediados del siglo XIX.

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La economía política. Las relaciones sociales de producción.

La economía. La administración justa y eficiente de los recursos.

Sistemas políticos y económicos. Las relaciones de producción y el poder.

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