El origen del estado moderno liberal y democrático.

John Locke

John Locke representa el sentido común de los ingleses y el uso de la razón en los espíritus de la ilustración. Es el padre del Estado moderno, liberal y democrático. Fue pionero en cuestiones de derechos humanos y teorizo sobre la libertad de expresión y la tolerancia.

En su obra “Dos tratados sobre el gobierno civil” (1689) estableció los fundamentos del estado constitucional moderno en donde plantea su teoría política expone los siguientes postulados:

  • Todos los hombres son libres e iguales por naturaleza y tienen por ello, el mismo estatus político.
  • Cada persona tiene derecho a su libertad, a la vida y a la propiedad y debe respetar estos derechos en los demás.
  • Los hombres se asocian formando una comunidad que decide sobre su gobierno.
  • Un gobierno será legítimo solo si goza del apoyo de la mayoría.
  • El poder del Estado se divide en legislativo y ejecutivo.
  • El poder legislativo radica, en última instancia, en el pueblo.
  • Los ciudadanos tienen el derecho de rebelarse contra el gobierno si este hace mal uso de su poder.
  • El debate político debe ser público y todos pueden participar en el mismo. Para ello es necesario garantizar la libertad de expresión.
  • La Iglesia y el Estado deben separarse, y promover la tolerancia religiosa.

En el estado natural de Locke no solo reina la libertad y la igualdad, sino que todos tienen derecho a la propiedad privada. Este último derecho ocupa un lugar central en la teoría de Locke. Privar a alguien de su propiedad equivale a arrebatarle su libertad.

La comunidad decide, por decisión de la mayoría, que forma de gobierno desea darse. Puede ser una monarquía constitucional o una democracia. El ideal de Locke es una monarquía constitucional. En cualquier caso, la decisión es siempre un acto democrático, puesto que se adopta por mayoría. De esta manera se funda el Estado. La comunidad y el gobierno quedan unidos contractualmente. El gobierno está obligado los derechos de sus ciudadanos y estos a su vez deben cumplir las leyes.

Locke se ocupa de la cuestión del reparto del poder y desarrolla su célebre doctrina de la división de poderes. El poder legislativo es el más importante, puesto que de él emanan las leyes que rigen el Estado. Los miembros del poder legislativo son los representantes de los ciudadanos y encarnan la voluntad del pueblo. Locke considera un gran peligro que las mismas personas ejecuten las leyes por ellas promulgadas. Eludirlas no hubiera sido complicado para ellos. De ahí que se precise una segunda instancia para velar por su cumplimiento: el poder ejecutivo (el rey y los ministros) (el autor francés Montesquieu añadió un tercer poder, el poder Judicial, en su obra “El espíritu de las leyes” de 1748).

En este tratado Locke fundamenta el derecho a la resistencia y a la revolución. Los ciudadanos han delegado su soberanía en una asamblea (el poder legislativo) confiando en que observe sus intereses. Pero si su confianza es traicionada, el pueblo tiene derecho a instaurar un nuevo poder legislativo. De esta manera el pueblo nunca renuncia completamente a su soberanía. La soberanía popular otorga al pueblo el derecho a derrocar el gobierno, incluso con violencia, esto es, mediante una revolución.

Los dos tratados de Locke constituyen un impresionante ejemplo de cómo la teoría y la realidad se influyen mutuamente. La “gloriosa revolución” de 1668 transformo a Inglaterra en una monarquía constitucional mediante un golpe pacífico: varios dirigentes (entre ellos Locke) solicitaron ayuda a Guillermo de Orange, yerno del monarca en funciones, Jacobo II. Desde Holanda, Guillermo atravesó con su flota el canal de la mancha, arribó al sur del país y se dirigió a Londres, ante semejante despliegue Jacobo se dispuso a Huir.

Inglaterra se convirtió en la primera monarquía constitucional del mundo. A partir de entonces, la legitimidad del monarca derivó de un contrato (es decir la constitución). Este pacto obligaba tanto al soberano como a sus súbditos. El contrato aseguraba al parlamento libremente elegido el ejercicio y atribuía al rey el poder ejecutivo. También garantizaba la libertad de expresión y de prensa, así como la tolerancia religiosa. Cuando en 1776 se redactó la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y con ella se dio el paso decisivo para la instauración de la primera democracia moderna del mundo, para ella se usaron casi literalmente algunas formulaciones de Locke.

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Sistemas políticos y económicos. Las relaciones de producción y el poder.

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